sábado, 17 de marzo de 2018

Vuelvo en marzo

Vuelvo en marzo a retomar esta concatenación de palabras que viste de emociones mis días.
Después de 243 kilómetros me espera en la puerta del Museo de Cádiz, Miguel Angel Valencia. Es una de esas personas que quieres que te toque al lado en un viaje largo. Todo cuánto dice me interesa, me divierte, me provoca o me asombra.
Gracias a la ampliación de las fechas de exposición, puedo hoy visitar esta simbiosis entre lo clásico y lo contemporáneo. Debo aprender a gestionar el tiempo, tal y como me recuerda de vez en cuando Belén González. Tres meses no me han bastado para encontrar noventa minutos para acudir a cien metros de donde trabajo. Esto no me puede volver a pasar. Sobre todo porque si llego a perderme esta tarde, no hubiese retomado este blog.
Otro de los benditos culpables es Juan Alonso de la Sierra, el director del Museo que aparece a los dos minutos, con esa sonrisa bárbara que lleva puesta siempre que lo veo. Tiene una sensibilidad escandalosa, es capaz de ilustrar cada calle, cada cuadro, cada pieza, con un relato embaucador, lleno de referencias históricas.
Entramos en el museo y comienza la experiencia. Las obras de arte contemporáneas van maridando a las piezas clásicas. Una delicada digestión.



No es sólo mirar, es que Miguelo te cuenta por qué está la pieza colocada en este lugar. Qué la legitima en ese espacio. Una foto de Pedro García Romero ( director artístico de Israel Galván) junto a un trabajo de José Piñar atrapan miradas junto al Dios Baco del mosaico romano.
Todas las obras expuestas forman parte de la colección de la Diputación Provincial de Cádiz, que desde 1985 ha ido conformando como una de las  más grandes y exquisitas de arte contemporáneo. Tengo el privilegio de que llegue también Eduardo Rodríguez. El no querrá leer esto, pero él es el artífice de esta apuesta por la permanente adquisición de este arte contemporáneo. Tras las instituciones y los proyectos siempre hay un nombre propio y este es el suyo. Tiene un sentido estético sublime.
Llueve afuera en la plaza Mina y mientras tanto, me paseo con Miguelo, Eduardo y Juan por las salas de esta casa para codearme con Chema Madoz y los sarcófago antropoides, con Nazario y Rubens, con Antonio de Felipe y Murillo, con  Hannah Collins y Van Orley.


Manigueta por el mundo es una pieza de Miguel Angel Valencia que no pasa desapercibida. Tres de los cuatro en un posado, cargando, cada uno, con esa parte de la vida de la que no puedes desprenderte. La visita es lenta y fresca. No sé a cuál de ellos mirar o escuchar. No sé si lo excepcional es la muestra expositiva o este privilegio de contar con ellos tres. Esto último es lo que hace que me sienta privilegiada. Han decidido ampliar hasta después de la Semana Santa así que me he apresurado a contarlo por aquí, en un arrebato de generosidad. Contarlo y no quedármelo sólo para mi. Para mi me quedo con los audios de Andre Moccio comparte con Eduardo, al ver su obra en este templo. Para mi son las confidencias de Juan Alonso sobre cómo reciben los visitantes esta experiencia. Todo para mi, esa inspiración que lleva a Miguelo a ubicar las piezas en ese preciso lugar para que después cada persona las interprete sin trabas ni normas, sin claves ni orden.


La obra de Francisco Almengló junto a las esculturas clásicas del patio viene a ser la foto de portada del disco. Voy a sacarle un partido al abrigo azul inimaginable. El vigilante de la sala disparaba divertido con mi móvil mientras componíamos el posado. Cuántas vidas pasan junto a los vigilantes de los museos... Joan Fontcuberta interpreta a Courbet con miles de imágenes que han salido de google, ese buscador que se erige ya como otro de los orígenes de este nuevo mundo.



Me falta visitar la exposición por la mañana, con la luz del día en las estancias. Seré recatada y no los llamaré esta próxima vez, pero los echaré de menos. Me queda también contaros uno de los momentos más transgresores y sin embargo armoniosos: al llegar a la primera planta Camarón aparece conversando con los monjes cartujanos. El premio nacional de fotografía Alberto García Alix y Zurbarán. No se puede gozar más.











jueves, 21 de abril de 2016

Cerrando heridas

Voy a contarles una historia, no un cuento, voy a contarles una historia con principio y fin, verídica. Cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia, los nombres y los lugares no son simulados, son reales y mañana podréis acudir a ellos para corroborar lo que cuento.
La agenda del  9 de marzo de este año decía : Puerto real, Visita a la fosa común con la Consejera Rosa Aguilar. Y allí llegué desde San Fernando, donde la política me había dado esa mañana la satisfacción de presentar el Museo Camarón, una herramienta de desarrollo económico, que es como se dice en el lenguaje de las páginas salmón de la prensa. En el nuestro, en el de lo cotidiano, la mañana me había dado un caramelo, un placerazo.
Pero ya saben que los días esconden sorpresas y que se presentan donde les da la gana.
Por eso cuando me bajé del coche en la puerta del cementerio de Puerto Real , cogí el abrigo, en esta historias siempre hace frìo,  y caminamos todos juntos hacia el interior del camposanto…con un andar lento y sombrío…ya veía yo acercarse la pena.
Javier Giraldez, que tiene 39 años ,es  de Montellano, y es el Director General de memoria Histórica me iba contando que se iba a crear un Banco Público de ADN, para identificar genéticamente a las víctimas, que eso era muy importante, que había mucha gente buscando a sus familiares y que el trabajo de los forenses era impecable… y así caminábamos por entre tumbas con flores y nombres y apellidos y despedidas y fotos y más flores…



Hasta que a pocos metros de la zanja nos recibieron un grupo de hombres y Javier nos presentó. Paco, Miguel, José Luís, Abelardo, José Manuel… todos jubilados, echando las mañanas en este lugar, cargando con piedras y sacos, echando una mano… todos con una historia en las tripas.
Entonces…muy despacito nos acercamos a la mayor fosa común hallada en Cádiz ...

Y me asomo a la valla y  lo veo: veo montones de cuerpos asesinados , amontonados, con los tiros de gracia en las nucas,  veo suelas de zapatos, botones y restos de ropa… veo hombres, algunas mujeres, casi un niño…todos asesinados a balazos en la tapia del cementerio de San Roque de Puerto Real, tirados junto a la vía del tren para servir de escarmiento a los que pasaban cerca en esos trenes camino de los astilleros… 

No sólo  vi  cuerpos asesinados. Desde aquella valla  nos mostraban la tortura, el infierno... no hubo guerra en Puerto Real, pero sí una carnicería,  el más cruel ensañamiento con cientos de personas de San Fernando, de Chiclana,  de Cádiz, del Puerto…
Y Juan Manuel me iba diciendo…en esta fosa están mis tres tíos, los hermanos de mi madre, hijos de Cayetano Roldán, el último alcalde republicano de San Fernando. Enrique me dice que busca a su abuelo Andrés…
Y me fue entrando a mi también una cosa amarga por las tripas arriba…y las palabras que se contaban se decían en bajito, por respeto a  los muertos  sin sepultura…  a los muertos de la mayor fosa ilegal abierta en Cádiz… 

Poco a poco nos fuimos retirando de aquel lugar para continuar conversando al otro lado, donde el volumen de las voces se moviese más relajadamente…y allí nos contó a todos Paco Aragón, Presidente de la Asociación,  los años de lucha, de investigación, de preguntas sin respuesta, de perseverar, de llorar a escondidas, de sacar pecho…y mientras Paco hablaba uno de esos hombres se alejó con un quejido en la garganta…y el grupo de periodistas enmudeció…se apagaron las cámaras, los micros enmudecieron y cada uno rumió el momento como pudo.
La Consejera se asomó con Paco a la fosa una vez más, Javier se abrazó a su equipo, Elena y otros concejales se intercambiaron las miradas de complicidad de estar en un mismo plano…

TODOS LOS ROSTROS: Fusilamientos 5º: En estos días de muerte, barbarie y manipulación, la Memoria sigue al servicio de la Justicia y contra el fascismo. Día 9:

Yo me acordé de cómo había empezado la mañana y de cómo me sorprendió el medio día.
 En el ejercicio de mi vida política y personal nunca había vivido nada tan duro, tan cruel, tan desmedido y tan sin sentido. Todo a la vez. Nunca.
El escenario de esta historia se muestra cada día a quien por allí quiera pasar. Hay que mostrarlo, pasan estudiantes de secundaria, para que conozcan nuestra historia…pasan familiares en busca de cuerpos a los que alguien amó, cerrando heridas… pasan curiosos, sorprendidos,incrédulos y militantes de la justicia.
Pero esta historia es sólo la de Puerto Real, otro día les contaré la de Alcalá del Valle, la de Medina Sidonia…o cuéntenme ustedes la de Cádiz, contaremos la de San Fernando, la de el Valle de La sauceda, la de El Bosque, la de Tarifa, la de Trebujena, la de mi pueblo, Olvera… y todo lo que se nos venga en gana contar...habrá que ir contándolo.
Aquí acaba mi historia pero empieza mi compromiso y el de la institución que represento, la Junta de Andalucía y el Proyecto de Ley de memoria Democratica.
 En la provincia de Cádiz hay  100 fosas, es la tercera en Andalucía, por detrás de Sevilla, con 130, y de Huelva, con 120, con mayor número de zanjas con restos de represaliados de la guerra y el franquismo.
Sus familiares esperan aún justicia porque España es de los pocos países que no ha juzgado aún un episodio negro de su historia. 

 Esta es la historia que conté a los compañeros y compañeras la tarde del pasado 14 de abril en la sede de la Agrupación local del PSOE en Cádiz, invitada por Manuel González Piñero. No es un cuento, es una historia cruel y real.

                                                                      



martes, 24 de noviembre de 2015

25 N, con N de No


Esto puede parecer ficción pero cualquier parecido con la realidad es total y absolutamente certero. Digamos que sólo he cambiado algunos datos para despistar, porque no he pedido permiso a mi interlocutora para publicar su vida y porque a medida que lo cuente me vendrán  recuerdos de otras vivencias y las mezcclaré :
Hemos compartido un trayecto corto, el justo para sentir el miedo salir de sus uñas y de sus tripas. No se siente segura porque su agresor saldrá de la cárcel algún día y querrá volverla a matar. Querrá destruir toda su vida, querrá que no tenga una vida sin él. Ella ha conseguido huir una vez, ha conquistado la calma y la serenidad que precisa lo cotidiano para conformar un hogar. Combate las noches de imsonio y miedo con pastillas de valeriana y pasiflora pero las pesadillas vuelven a su cama intermitentemente y cuando cree estar dormida, se sorprende huyendo, corriendo...las piernas no le hacen caso, los niños no están seguros, él la consigue coger...
Está sola, sola, en cualquier ciudad del mundo, con sus hijos, sus manos, su trabajo diario, sus horarios. Está sola y desayuna con sus hijos cada mañana, recorre kilómetros hablando de igualdad y de la lucha contra la violencia de género. Ella sí que sabe de qué va este asunto del 25 N. Ella y cientos de mujeres más en este país. Tengo entre mis amigas varias supervivientes de cuchillos, golpes e insultos.
Está sola, la amenaza no cesa, sus recursos son justos y los administra como la mejor de las economistas. Es capaz de sacar una hora al día para reir y luego vuelve siempre para la cena, para que su hogar sea real, hermoso. "Yo no pido nada especial, yo sólo quiero conseguir un poco de paz".
Su actitud es contarlo, denunciarlo, pelearlo...esa fuerza se la ha dado la oportunidad de salir viva, dice que no tendrá otra, que esta la tiene que aprovechar. Y a mi se me iban viniendo a la cabeza las imágenes del dolor que nos contaba y los momentos dramáticos silenciados de tantas mujeres...y no, no sé si esto tendrá un final feliz. Me refiero a la violencia contra las mujeres no a la vida de la mujer de la que os hablo. Ella, ya pasó por un final, ahora todos serán principios.